September 1, 2010

LA TOMATINA



Cuentan que en 1944 durante un desfile de gigantes y cabezudos, unos jóvenes que querían formar parte del mismo, pero a quiénes no permitieron participar, organizaron una trifulca. La verdad es que en relación al origen de la pelea, se cuentan muchas historias, pero el punto en el que todas confluyen es en que cerca del lugar había un puesto de verduras y hortalizas.

Asi fue como jovenes que comenzaron a trifulcarse sin que se sepa a ciencia cierta las causas de su desasosiego, cogieron los tomates y los arrojaron contra el desfile, o contra si mismos, o contra los otros.

Intervino la policia, les arrestaron y condenaron a pagar los destrozos realizados y todos pensaron que pasarían como los resentidos de Buñol a los anales de la historia. Nada mas lejos de la realidad.

Habiendole cogido gusto y puede que incluso pericia a eso de arrojar tomates, esta practica se fue repitiendo año tras año.


Luego comenzó el tipico periplo legal de prohibiciones y legalizaciones esperado, hasta que en 1957 al parecer finalmente se prohibe bajo pena de carcel, es decir que se prohibió en serio.
Entristecidos, los habitantes del pueblo organizaron el entierro del tomate, y se lanzaron a la calle, ataud en hombro, y dentro un gran tomate defenestrado. Marchas funebres, plañideras, ojos rojos, triste año 1957.

Al parecer el ayuntamiento se mantuvo ferreo en su decisión: no se puede hacer la tomatina. Y en 1958 el pueblo volvió a lamentarse y lloriquear. Finalmente en 1959, el ayuntamiento, ese señor con pantalón azul y cinturón dorado, autorizó la fiesta del tomate, eso sin, dentro de los limites temporales delimitados por una carcasa que suena como a petardazo.

La tomatina se legaliza, se condensa en una hora aproximadamente, y los pueblerinos traen sus tomates de casa para pelearse con ellos, año tras año, hasta que en 1980 el ayuntamiento o señor de cinturón dorado, decide proveer los tomates, incrementando el numero de toneladas cada año. Luego se declara de interés turistico, y luego unos rockeros locales le ponen hasta una banda sonora, que pasa sin pena ni gloria, pero ahi queda.

Cuentan asimismo que la tomatina da comienzo con un palo jabón en la cima del cual hay un jamón. No sé cuándo se introduce este elemento en la fiesta ni porqué, debe ser otro absurdo cultural más, en cualquier caso, yo este palo jabón ni lo vi ni por tanto puedo confirmar su real existencia.

De lo que si puedo dar fe es de que la tomatina comienza antes, bien antes del 25, con individuos llegando en grifo al pueblo, el dia anterior, y el anterior, e incluso el de antes. Las discotecas hacen el agosto, con la musica a tope hasta las 6am, los vecinos no sé qué piensan.

Y yo, con mi hermano y mo novio, llegamos a Buñol, tienda de campaña en mano y nos vamos al monte la noche del 24, para dormir unas horas antes de la fiesta. En el monte uno siempre piensa cosas utiles, como en los jabalis salvajes o las cobras que caen de los arboles y malduerme crispado al son de la ultima canción del verano, esa que dice pan pan americano, o algo parecido.

Aunque no hace falta, uno se pone la alarma, dicen en las webs que es conveniente estar alli bien temprano, para no perderse el palo, el jabón y los tomates. El palo si, pero los tomates uno no puede perderselos.

45000 personas de las cuales no sé cuantas alcolizadas, se congregan a lo largo de la calle principal y los animos suben, y el "buen rollo" empieza a rozar con la logica de la supevivencia y la falta de espacio.

El tiempo pasa, y uno espera, circulan los minis de sangria y cerveza, los vecinos trabajan con seriedad arrojando cubos de agua y regando con mangueras, mientras la muchedumbre los aclama requemados, y al fin suena ese bozinazo que da comienzo a la tomatina.

Al menos una hora mas tarde llegan al fin los camiones a nuestro emplazamiento privilegiado, que resultó estar mas hacia el final que hacia el principio. Llegan vacios. No hay tomates. Junto con parte de la masa nos dirigimos hacia el principio de la calle, poco a poco, metiendo los codos para no molestar.

Es entonces cuando se forma una estampida humana. Es lenta en momivimiento, pero la presión en las costillas es tan tremenda que uno no deja de pensar en la Love Parade de este ano y se angustia aun mas al querer hiperventilar de angustia y ser incapaz. Recuerdo mirar a una chica delante mio, algo mas pequeña que yo, no podiamos hablar, no podiamos respirar, no podiamos movernos. Nos miramos a los ojos, con angustia, pocas veces habia sentido tal empatia con un desconocido, creo que pensamos que vamos a morir mirandonos a los ojos.

Al cabo de los 15 minutos más largos de mi vida, el movimiento de la marabunta me ha llevado a un cruce, donde la muchedumbre puede disiparse y al fin uno hincha los pulmones.

Si esto es la tomatina, es una mierda.

Pero no, eso no es la tomatina, es una parte del evento. Ya al fin estamos encaminados a los tomates, comienzan a caer rios de tomate triturado por las calles, la gente empieza a guarrear con el liquido del suelo, empiezan a caerte chorros de tomate por la cabeza, y eso ya finalmente huele a gallinero.

Y suena la campana que parece un petardo, y se supone que esto se acaba. Realmente uno sigue salpicandose con la gente, cerrando la boca y aguantando el tipo durante largo rato, pero ya empiezan a verse a individuos que con mangueras de mucha presión van limpiando las calles y paredes, hasta que en un par de horas, parece que alli no hubiera pasado nada.

La masa se va al rio o a las duchas, a lavarse las heridas.

Y al final, el olor y las pilas de zapatos extraviados, son lo unico que queda de esta fiesta loca, al parecer muy Española, que merece la pena ver, al menos una vez.


1 comment:

  1. Pues según lo que cuentas es lo que me imaginaba: una chorrada. No le veo la gracia y me parece incómodo y asqueroso :-/

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